Así como
Humphrey Bogart le dice a Ingrid Bergman en la película
Casablanca como epitafio de un amor imposible; “siempre nos
quedará París”, los buceadores siempre tendremos un rincón
donde descubrir una y otra vez nuestra fascinación y amor
por los fondos de los arrecifes de coral.
El Mar Rojo en su Ruta Norte es un destino ideal para
aquellos buceadores que desean realizar su primer viaje
internacional y su primer crucero de vida a bordo. Cuando yo
fui por primera vez tenía alrededor de 40 inmersiones.
Ahora, después de un centenar de veces habiéndome sumergido
en esas aguas, aún sigo añorando con regresar.
Cuando algún buceador muestra interés por conocer
todo lo que oye a cerca del Mar Rojo, intento transmitirle
la dimensión de la experiencia, pero siempre me ocurre lo
mismo, no encuentro las palabras que reflejen lo que se
siente la primera vez que te sumerges y la huella que te
deja ese primer viaje.
Al final siempre recurro a la misma historia, la mía
personal, y recuerdo como me sentí cuando me subí a un avión
rumbo a Egipto con el fin de embarcarme durante una semana
para disfrutar de esos fondos. Era un reciente AOWD con una
mezcla de ilusión y nerviosismo que había oído como la gente
repetía el mismo viaje una y otra vez, cosa que no lograba
entender muy bien esa reiteración, hasta que me zambullí.
Desde entonces lo he repetido en ocho ocasiones y anhelo que
llegue la novena.
Es un destino que reúne muchos factores positivos. La
proximidad, el precio, las aguas cristalinas, su visibilidad
y luz, el colorido del coral y su fauna, la temperatura del
agua, sus pecios, la sencilla logística entre inmersiones y
la placentera vida a bordo. Un conjunto de elementos que
hacen el cóctel perfecto para disfrutar de unas excelentes
vacaciones de buceo.
Además como buceador, tanto si te estás iniciando, como si
todavía no has hecho un crucero de este tipo, habrá un antes
y un después, en tu formación y en experiencia personal.
La jornada a bordo se inicia temprano, ya que en la mar lo
normal es regirse por el horario solar, por lo que es
habitual que a las seis de la mañana estemos escuchando el
briefing de buceo de la primera inmersión mientras nos
tomamos un café antes de zambullirnos al agua. Nos quedan
por delante cuatro estupendas inmersiones, una de ellas
nocturna y así, cinco días seguidos.
¿Agotador?
Antes de que yo fuera la primera vez pensé que debía ser una
actividad para superhombres, y sin embargo resulta que no lo
es, más bien todo lo contrario, excitante, placentero,
tranquilo, relajado,…, y cuando llega el último día antes
del regreso te apetecería seguir otra semana más.
¿Sabes por qué?
Pues eso te lo dejo a ti para que lo descubras...
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